Microrrelato Maggie
Metamorfosis
Inhala…
Exhala… Inhala… Exhala…
Repetí
mecánicamente la acción una y otra vez, mientras sentía como las mariposas de
mi estómago se dedicaban a hacer acrobacias dentro de mí. Escuché como una voz
decía mi nombre; me deshice del miedo, abrí los ojos y me encaminé hacia el
oscuro escenario.
El
segundo antes de que se encendieran los focos se me hizo eterno: miré a mi
madre que se encontraba en el lugar donde yo había estado segundos antes, y me
dedicó una de sus sonrisas. Aquella sonrisa demostraba confianza y orgullo, y
rápidamente pasaron por mi cabeza todas las maneras distintas de salir
corriendo de ahí, pero no podía hacer eso porque si fuera así, la única sonrisa
que vería de ese momento en a delante, sería una triste llena de decepción y
pena.
Se
encendieron los focos, y ya no me importaban los prejuicios ni las críticas de
las personas que me estaba viendo, solo podía pensar en el resonar de la música
en mis oídos y lo ligera que me sentía en ese momento. Mientras comencé a
bailar, ví el reflejo de mi vestimenta reflejarse en el suelo: era como si
hubieran llovido diamantes, pero la imagen se empezó a distorsionar. No solo mi
reflejo había cambiado, sino que yo también.
La
música, que hasta ese entonces era tranquila, se había llenado de una fuerza
repentina, y con cada paso, movimiento y giro que daba, sentía como ya no
pisaba el suelo, sino que estaba volando.
Me
había convertido en algo maravilloso y elegante, y podía ver como los
espectadores me miraban asombrados. Nunca había sentido tanta libertad como en
ese momento, pero duró poco, porque al acabar la música regresé al suelo, y
después de comprobar varias veces, volví a recuperar mi cuerpo humano.
Maggie 1º BACH A
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