El Retablo de las Maravillas
Chirinos y Chanfalla, una pareja de pícaros, llegan a un pueblo con la intención de hacer una función con su retablo de las maravillas (una pequeña caja de títeres) y estafar a los espectadores. Hacen creer al gobernador y a las autoridades de la localidad que solo podrán ver las maravillas que suceden dentro del retablo aquellos vecinos que sean cristianos viejos y que no sean hijos bastardos. Los vecinos que asisten a la función, y que son las clases altas del pueblo, se sienten presionados por la importancia de las apariencias y por el miedo a hacer el ridículo. En este punto es cuando se desencadena la desternillante trama de la obra. Aunque Chanfalla asegura que salen maravillas del retablo, la realidad es que no está ocurriendo nada. Solo hay una caja de madera vacía, un público expectante y un narrador que pretende estafar a los asistentes con un espectáculo que no existe. Pero las autoridades, por miedo a ser tachadas de hijos ilegítimos o de judíos conversos, fingen y asegu