Ejercicio Creativo Lazarillo

De lo que aconteció a Lázaro de camino a Toledo junto a un mercader rico.

(escrito por Rodrigo Babiano, Asier Álamo y Diego Velázquez)

Aquesto que un buen día, hallóme junto a un rico mercader de viaje hacia Toledo en busca de un nuevo amo, me percaté de que mi acompañante tenía una bolsa en la que guardaba todos sus maravedíes. De dicha bolsa caían las monedas de oro por un juraco, así que, aparentando estar baldado, frené el ritmo para recoger aquellas preciosas y valedoras monedas para salvaguardarlas en mi macuto, llegando así a cosechar más de 30 monedas.
Al termino de la sagrada hora de la siesta, llevando una solana en el cogote y un cansancio exuberante, decidimos parar a descansar a la sombra de un gran roble. Con la brisa fresca como canción de cuna y la regocijante sombra como cama, ambos nos quedamos plácidamente dormidos.
Nos despertaron hacia el ocas,o a golpe limpio, un bandido solitario, el cual nos exigió todo lo que llevábamos encima.
"No tengo nada más-dijo el mercader tendiéndole el suyo zurrón- déjenos ir"
El bandido se dispuso a asestarle un golpe ya que desconfió de mi adlátere por sus ropajes, quien esquivó el golpe y salió a la carrera conmigo por delante. 
Mientras corríamos, una de las cecas hizo un agujero en mi morral y estas se fueron desprendiendo de tal forma que, para mi pérfida fortuna, mi acompañante reparó en ellas y comprendió que yo le había siseado parte de su dinero. Al pararnos, este, furibundo me casco tremebundo soplamocos que me dejó inconsciente durante toda la noche. Al despertarme, creo que al mediodía, o puede que antes, me hallé sin rastro del mercader, así que me dispuse a proseguir mi travesía hacia Toledo.

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